FSC-CCOO Postal | 22 diciembre 2024.

Mesa sectorial 25 de abril (I Parte: del diagnóstico)

  • Y ahora, ¿cómo salimos de esta?

07/05/2024.
Mesa sectorial 25 de abril (I Parte: del diagnóstico)

Mesa sectorial 25 de abril (I Parte: del diagnóstico)

CINCO AÑOS DE HUNDIMIENTO, QUIEBRA Y COLAPSO PROVOCADOS POR SERRANO (INEXPLICABLEMENTE APLAUDIDO POR ALGUNOS SINDICATOS Y CONSENTIDO POR EL GOBIERNO)

ALTO Y CLARO: en ningún caso CON UN ADELGAZAMIENTO DE CORREOS Y UN AJUSTE DE PLANTILLA

Despejada la duda sobre la continuidad del presidente al frente del Gobierno, tras cinco días de incertidumbre política en nuestro país y conjurado, entre otros, el riesgo de un adelanto electoral que hubiera dado al traste con cualquier iniciativa de cambio en Correos, se mantienen las condiciones políticas para que las Reflexiones sobre las líneas estratégicas de futuro a implementar en el Grupo Público Correos, realizadas en la Mesa Sectorial celebrada el pasado jueves 25 de abril, puedan avanzar con la urgencia requerida por el hundimiento y el colapso de la mayor empresa pública del país.

Habían pasado más de 100 días desde su nombramiento (hoy ya 130), y el presidente de Correos, Pedro Saura, era consciente de que, a diferencia de la primera Mesa Sectorial convocada el 13 de febrero, en esta segunda ya no había lugar ni tiempo para la cortesía y las salutaciones. Tampoco para la tibieza o los discursos complacientes. Tocaba aterrizar, tal y como le venía reclamando CCOO, y reconocer la crítica situación de Correos, condición previa y necesaria para ir orientando las posibles soluciones, fijando los compromisos y armando la toma de decisiones. 

Saura estuvo a la altura que la situación exigía. SE DESMARCÓ públicamente, esta vez sí, sin complejos ni filtros políticos, del presidente anterior, Juan Manuel Serrano, y de su devastadora gestión. En parte, ya había empezado a hacerlo desmantelando sin miramientos el equipo directivo “serranista” y sustituyéndolo por otro menos estridente, y con un cierto sesgo de reconocimiento interno “postalón” -está por ver si de transición-. Es reconocible su intento de querer “pasar página” respecto a la etapa anterior. 

Pero, sobre todo, lo hizo RATIFICANDO, sin matices, EL GRAVE DIAGNÓSTICO que CCOO, junto a los compañeros de UGT, hemos venido denunciando durante los últimos cinco años: caída en picado de la actividad postal (97% a 85% de cuota, de 2.800 a 2.022 millones de € en la facturación); “derrumbe” en la paquetería (37% a 21%, mientras el mercado crece un 120%); farolillo rojo europeo en diversificación con el 17% (frente al 50% de los Correos francés y alemán; el 68% del suizo y el 62 del austriaco); único EBITDA (beneficio bruto de explotación) negativo en toda la Europa postal; merma del patrimonio en un 30% y riesgo inminente de quiebra financiera y, lo que es un secreto a voces, se ha tenido que recurrir a un préstamo (ya van unos cuantos desde la llegada de Serrano) para pagar los 1.600 millones de euros de la nómina de la plantilla. 

También COINCIDIÓ el nuevo presidente con CCOO Y UGT EN LAS CAUSAS que han llevado a Correos de los beneficios de 2019 a su DEBACLE Y BANCARROTA. El equipo directivo anterior ha utilizado como burda excusa para justificar el hundimiento de la empresa en estos últimos cinco años que “el postal” está en declive, que los márgenes de la paquetería han disminuido y que la evolución del comercio electrónico, acelerada tras la pandemia, en una economía cada vez más digitalizada ha hecho más difícil y exigente el posicionamiento en el mercado. Sin embargo -y en ello coincide Saura- esa no es la causa, sino el mismo contexto en el que todos los Correos europeos han estado operando y han obtenido espectaculares beneficios, mientras Correos se despeñaba con pérdidas estructurales de 200-300 millones anuales.

Lo que SÍ ES CAUSA, y principal, es la respuesta desnortada a este exigente contexto al ser “liderada” (por decirlo de alguna manera) durante cinco años por el egocentrismo, la impericia, la insolvencia, el mesianismo y sectarismo del peor presidente en toda la historia de Correos, Juan Manuel Serrano, que disparando con pólvora de rey, gastó el patrimonio de la compañía pública como si fuera suyo en ocurrencias faraónicas, operaciones oscuras, autobombo y propaganda personal; mientras intentaba silenciar, desde las cloacas del poder, las voces disidentes de CCOO, UGT y de la mayoría de los profesionales de Correos que venían advirtiendo del desastre que se nos venía encima. 

También es causa indirecta, pero no por ello menos importante, el respaldo acrítico de todos los desvaríos de Serrano por parte de los palmeros sindicales que negociaron y firmaron (y así lo aseguró sin complejos, uno de ellos en la mesa sectorial), el Plan de desguace que nos ha llevado a esta situación, sindicatos que, al dictado del expresidente, disparaban contra CCOO y UGT (era un tema personal, decían), eludiendo el hundimiento de la compañía. Y, por qué no decirlo, también -y esto no lo dice Saura por razones obvias, lo dicen CCOO y UGT- la incomprensible pasividad cómplice del Gobierno en todo ese trayecto. Bien es cierto que el cese de Serrano es una rectificación del Gobierno en toda regla, un reconocimiento a la posición mantenida por CCOO y UGT y una invitación -eso parece- a cerrar este capítulo oscuro de nuestra historia y a abrir una ventana de oportunidad.

En este contexto, Saura emplazó a las OOSS a dejar atrás el pasado, a “arrimar el hombro” y a presentar propuestas para sentar las bases de un Acuerdo sobre las líneas estratégicas que han de sacar a Correos de la situación de emergencia en la que se encuentra. Viniendo del “infierno postal” del que venimos, es alentador que ese emplazamiento se haga reafirmando el carácter público de Correos, rechazando la precariedad laboral como motor del cambio y asegurando su voluntad de hacerlo contando con las organizaciones sindicales.

Desde este diagnóstico compartido, CCOO acepta el desafío, plenamente consciente de que Correos se encuentra en una encrucijada y de la urgente necesidad de REVERTIR esta SITUACIÓN de colapso del servicio público decano de este país. Lo hace, además, en cumplimiento del mandato democrático de los trabajadores/as surgido de las urnas en las Elecciones Sindicales del pasado 11 de enero que, con un 40% de representación y por octava vez consecutiva, nos ha otorgado el papel de sindicato mayoritario, instándonos a asumir nuestra responsabilidad con propuestas sólidas en defensa de sus intereses y los de la ciudadanía, propuestas que seguiremos compartiendo unitariamente con los compañeros de UGT.

PERO, ADVERTIMOS, ALTO Y CLARO, PARA QUE NADIE SE LLAME A ENGAÑO. Si lo que se pretende es (como se recogía en un artículo del periódico ABC el pasado sábado 4 de mayo (clic aquí) quedarse en un mero plan de choque cortoplacista que intente “arreglar” el agujero económico-financiero provocado por la nefasta gestión de Serrano (y consentida por el Gobierno), tomando el atajo del adelgazamiento de Correos y el ajuste salvaje de plantilla, nos tendrá enfrente desde la confrontación y movilización, sin medias tintas. Solo se nos encontrará del lado de un proyecto progresista y a la ofensiva, que sitúe al Correo público en el centro de la agenda del Gobierno y que, a través de un plan de rescate a corto (con financiación e inversiones adecuadas), lo encamine en la senda del CRECIMIENTO DE ACTIVIDAD, INGRESOS, RETRIBUCIONES Y EMPLEO. Después de cinco años de prácticas “serranas” de desguace, desmantelamiento y pérdida de plantilla, ya hemos tenido demasiado.